Durante mucho tiempo me dedique a discutir boludeces, siempre combatía a favor de lo imposible. Durante meses o años discutí a favor de los colores tradicionales, tenia una postura que se basaba en que no existían mas de diez colores. El blanco y el negro no son color y los nuevos, como, rosa viejo, verde oliva o marrón poto son productos del marketing. Pero el debate que más me entretuvo fue el más ridículo y el que menos fundamentos tenía. Plantee la teoría de que los efectos del alcohol dependen de la temperatura del cuerpo, a mayor frió mayor debe ser la cantidad de alcohol para que este surta efecto. En cambio supongamos estamos en presencia de una persona caliente, harán falta solo un par de copitas para que el alcohol surta efecto, a mayor la calentura de la persona menor será la necesidad de alcohol para la desinhibición. Esta discusión que tendría que haber durado solo unos minutos o nada, se demoro unas cuantas horas, es innegable que esta discusión fue posible gracias a los efectos del alcohol.
Lo que logre darme cuenta con esto es que no le pego a la realidad ni por casualidad, me equivoco no solo en lo que digo si no también en lo que hago. Por ejemplo hoy me entere que los que coleccionan esas giladas relacionadas con las películas clásicas o monedas antiguas tienen hoy en su poder un gran valor, que si lo publican en deremate o mercadolibre se llenan de plata, yo en cambio colecciono monedas de cinco centavos que no valen ni su valor.