viernes, julio 02, 2010

Saltar la línea

Siempre creí que el destino era una línea, algunos la saltan y cambian para siempre el destino. Pero no es algo fácil de hacer, se requiere fortaleza y decisión para lograr cambiar el destino. Si uno se mete en política desde chico, seguro va a afanar con la política en algún momento de su vida, el que nace en la chacra seguro va a trabar toda su vida, el hijo de un medio pelo será siempre un medio pelo. Los únicos que tienen posibilidades de distintos destinos son los interesados por la plata, que pueden ser chorros o legisladores oficialistas.

Este mes alguien me demostró que es posible cambiar el destino, la fortaleza se la dieron sus hijos, su mayor ambición es cambiar el destino de sus hijos, quienes ahora tienen amplias posibilidades, seguir los pasos de su padre en defensa de la ley o pueden hacer todo lo contrario haciéndose políticos.

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