miércoles, agosto 11, 2010

Advertencia: A los que no les gusta leer pueden escuchar el audio mordiéndose el dedo pequeño del pie, a los que le gusta la buena lectura pueden elegir otro blog, a los que le sobra el tiempo pueden continuar leyendo.


Un hisopo por acá
Que boludos como no nos dimos cuenta, tiene una balanza en una mano, una espada en la otra, una venda en los ojos... me quieren decir ¿como carajo hace para sacarse la cera de los oídos?. La justicia comienza a quedarse sorda y ya no escucha la frágil voz de un joven de 16 años que amenaza con ahorcarse si le imponen el apellido de su padre que lo reconoció cuando ya era un adolescente.

12/08/2010.-
Choele Choel.-La ley considera que un joven de 16 años es responsable para conducir un vehículo, pero no se le permite decidir sobre su vida.

Según el relato de una madre soltera, su hijo de 16 años amenazo con quitarse la vida si debía llevar el apellido de su padre, al que no había visto en la mayor parte de su vida, sin embargo la opinión del joven nada importa para la justicia que indicó que legalmente el joven debe agregar el apellido de su padre al nuevo documento.

La madre del joven comento que la odisea se inicio con los tramites de renovación del documento nacional de identidad del menor. Fue cuando estaba realizando esos tramites que se entero que el menor debería llevar a partir de ahora el apellido del padre, a lo que el menor se niega dado que ha vivido todo este tiempo alejado de su padre y llevado durante 16 años el apellido de la madre.

Sin embargo, a pesar de la negativa del joven y de la madre de aceptar la imposición del apellido del padre, que reconoció al menor cuando este era ya un adolescente, la justicia y el registro civil hace oídos sordos y justifica exponiendo que la ley indica que el menor debe llevar el apellido de su padre. La misma ley debería contemplar el deseo del joven que ahora deberá llevar durante dos años un nuevo apellido que el no quiere llevar.

La discusión parece terminada cuando alguien dice que la ley avala este hecho, casi olvidándose los numerosos intentos de cambios de leyes que hay en este país, casi olvidándose de las imperfecciones de los argentinos y por sobre todo olvidándose de los derechos del joven en cuestión.

Porque debe terminar el tema en “la ley lo avala”, es acaso que los vecinos o los medios, ya no pueden discernir, opinar o preocuparse por la vida de este joven que con 16 años amenaza con ahorcarse si debe llevar el apellido de su padre, o es que en el valle medio debemos cambiar de religión y tomar lo que diga el abogado como palabra santa

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que poco que vale la vida humana en este pais. Me recuerda una epoca nefasta en la que te aconcejaban no te metas. Esto es igual todos hacen oidos sordos