jueves, agosto 05, 2010

La señora que roncaba “Para Elisa”

Había en el barrio una señora, muy educada y reservada, poco se sabía de esta mujer. Sin embargo cualquiera que pasara frente a su casa podía saber cuando estaba durmiendo, porque desde la vereda se podían escuchar sus ronquidos, pero no un ronquido común, un ronquido al compás de “para Elisa”.

Tan perfecta era la melodía que emitía con su ronquido que un profesor de danzas clásicas comenzó a impartir sus clases ubicado bajo la ventana de esta mujer. Un importante grupo de jóvenes aprendía a bailar clásico en las siestas, era uno de los grupos más silenciosos de danzas que existió, debían procurar no hacer ruido para evitar despertar a la roncadora musical.

“Para Elisa” se escucho hasta que las hijas de la señora roncadora comenzaron a crecer y le fueron cambiando el ronquido, según se supo a fuerza de apretarle la nariz cuando dormía lograron cambiarle la canción y en los 90 en las noches y siestas debajo de la ventana de esta mujer podía escucharse un claro ronquido de “cuando pase el temblor”.

Cuando la mujer comenzaba a quedarse dormida podía escucharse claramente en un ronquido grueso que estremecía la piel, “tengo una buena canción para cantarles”. El éxito que tuvieron las hijas de la roncadora al cambiar el tema las llevo a probar con nuevos temas y en invierno del año 96 arriesgadamente intentaron presentar el repertorio completo de tercer arco.

En una fiesta silenciosa se abrieron las ventanas y comenzaron a sonar los ronquidos con el ritmo de los piojos, al llegar al tema “el farolito” algunos de los presentes bajo la ventana amagaron con aplaudir pero fueron detenidos por los más despabilados que sabían que debían guardar silencio. Todo salía bárbaro hasta que en la intro del tema marado la roncadora comenzó a quedarse sin aire y el tema salió medio chiflado, para “verano del 92”, último tema del disco, con los cambios de ritmo le faltaba tanto el aire que debieron despertarla truncando la finalización del show.

Hacer una presentación tan larga fue una mala idea, dado que las ventanas abiertas en una noche tan fría terminaron por provocarle una pulmonía a la roncadora y los ronquidos perdieron el ritmo por un largo tiempo.

Hace poco volví de madrugada al barrio y por curiosidad decidí dar la vuelta para pasar por debajo de la ventana de esta mujer y para mi sorpresa escuche que ahora estaba haciendo playback de sus grandes éxitos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESto esta muy bueno ya me quiero ir a vivir a ese barrio donde pasan tantas cosas interessantes