La casa que invitaba a jugar al ring raje

Había una casa en el barrio que tenía el más sorprendente de los poderes, la casa podía controlar la mente de los que estaban del lado de afuera.

La casa estaba fascinada con la voz del inquilino cuando se enojaba, por eso con un mágico poder que solo las casas de dos pisos pueden ejercer, controlaba la mente de los que estaban del lado externo para que estos jugaran al ring raje con la casa.

Cada vez que alguien era tentado por la casa, el resultado era el mismo, el inquilino gritando “Guayo hueón le wa a pegar un voleo en la raja”, gritaba a viva voz en un acento cómico el inquilino de la casa, algunas veces se paraba en la puerta para ver si alcanzaba a ver a alguien, otras habría los postigos de la ventana y gritaba al aire, como aturdido y sin saber ya que hacer.

En una ocasión la casa tentó a alguien a desprenderles los postigos en la tarde y en la noche cuando se jugo al ring raje, el grito hizo volar las palomas del campanario de las iglesias, cuenta la leyenda que el grito fue tan desgarrador ese doce de junio cuando cayeron los postigos que al menos dos mujeres adelantaron su parto y las vacas de toda la región dieron leche agria por durante un mes.

Ese día la casa dejo de controlar las mentes de las personas, pero surgió algo mucho más temerario, al menos dos o tres religiones nuevas se instalaron en Luis Beltrán y controlaron la mente de otros muchos tantos. Incluso en la actualidad una religión que controlo la cabeza de una persona importante de Luis Beltrán esta construyendo una importante iglesia, además de ser principales oradores en los actos patrios.